sábado, 21 de julio de 2007

Orion ;El cazador del Cielo (Rolando Mancilla)


Desde Orion la luz del Universo maravilla
es mejor, la mejor canción para el corazón
es la lejana luna de Orion
la noche y una mosca me llevo al olvido
ya no trabajo ya no soy yo
tome la lágrima y la transforme en Orion
adiós desde las galácticas lejanías
donde habitan seres como Orion
el contemplar nos da la paz
adonde podremos escondernos
los refugiados del dolor del alma
ya hemos saltado el charco
a quien le sirve este cronograma de la ilusión
si nacieron los nuevos héroes de la costilla de mis muertos
los demás nos dimos cita en Orion
nada es tan importante ni tan grave
los ojos recios, la comisura de los labios
no pretenden sonreírle al abismo de tu sexo
un minino acaricia las plantas de mis pies
es menos complicado aplacar a las estrellas
caer y subir, caer nuevamente y subir
deshojadas palabras que no tienen respuestas
ya no las buscan, el animal devoro su objetivo
cruzan las estalactitas mi sueño
rencor dormido prepárate a la muerte
no ha tu partida si no a tu llegada
a tu estar, a tu inmovilismo, a tu naufragar
no todos los oídos son atravesados por el rumiar
de estas noches de hojas que conversan a solas
cruzo la pierna cómodamente en Orion
no se si tu vendrás a mi estadía en espera
tantos sueños son arrancados del alma de los niños
hemos retenido en Orion un cometa
Volantín furioso que sabe de picadas y de vientos
¡Ha Locura! vas golpeando las puertas
vieja abandonada has sido sobrepasada
por los dedos que dibujan letras
solloza en la noche sin ver
la delgada figura sobre sus ojos
las murallas de los hombres son un gran estorbo
quien puede volar en estos días
vuelvan....vuelvan....vuelvan....
lo escribe la luna parida
entera desde la ventana de tus ojos
no existen las sonrisas a medias
no se construyen de esa forma las alegrías
yo he vaciado mis zapatos de su peso
y a mi cuerpo de su andar pesado
no hay semilla que no tenga a su paso una gota de sangre
no hay olvido sin su fracaso
no hay odio sin un pedazo menos de corazón
así como no existe lobo sin su aullido
no existe poeta sin su canción